viernes, 11 de setiembre de 2009

Las mil y una "gracias" del estudiante de Traducción

Como docente me he ido percatando de que existe mucha mediocridad en nuestro medio profesional (con honrosas excepciones claro está). El 99% de estudiantes de traducción tiene serios problemas respecto a su formación profesional. Pero, yendo más allá de meras quejas sin consistencia, pasaré a detallar lo que mi experiencia como educadora me ha permitido observar:

Cuando uno se encuentra en el ejercicio profesional de esta carrera se topa con tres dificultades comunes:

- Presión del tiempo: el cliente cree que el traducir es como leer un texto y lo quiere para ayer (sumado a la competencia con igual o mejor calidad que la nuestra y a mayores velocidades).

- Manejo de ofimática y softwares de traducción: actualmente cada vez son más las empresas que en el Perú exigen el manejo a nivel avanzado no sólo de MS Office (entiéndase Word, Excel, Power Point y Access) sino también de Edición en Adobe, Photoshop, Corel Draw e incluso el manejo a nivel intermedio-avanzado de memorias de Traducción tales como Trados, SDLX, Wordfast, Déjà Vu, etc. La tecnología va a la vanguardia con la explosión comunicativa.

- Especialista bilingüe versus Traductor: Muchas empresas consideran que basta que una persona maneje bien un idioma extranjero para que se encuentre en capacidad de traducir textos de cualquier nivel de especialización y envergadura, más aún si son especialistas en la materia. Y, si bien es cierto, el conocimiento del metalenguaje en ambas lenguas le da una ventaja, el especialista no necesariamente produce una traducción fidedigna, que cumpla con los estándares de la traducción actual (sentido, cumplimiento de reglas gramaticales, uso y manejo de estrategias, herramientas y técnicas de traducción). Es por ello que muchos textos pierden gran parte de su contenido a la hora de ser traducidos a una lengua extranjera. Muchas veces, al contratar practicantes, se toma gente que se encuentra cursando los últimos ciclos de la carrera de traducción e interpretación INCAPAZ DE ESCRIBIR CORRECTAMENTE EN SU PROPIA LENGUA. Entonces la empresa se pregunta ¿para qué voy a contratar a un traductor si no es capaz de escribir bien ni su lengua materna si tengo a disposición personal bilingüe que ya conozco? La empresa lo ve a nivel de costo-beneficio. Punto en contra para el estudiante de traducción que sin ser profesional aún le da un aspecto negativo a la carta de presentación de su propia carrera.

Claro, sería muy fácil culpar a las casas de estudio en cuanto al nivel de formación que ostentan en sus planas curriculares. Pero, sin quitarles el grado de responsabilidad que conllevan, ¿acaso no es el alumno el que debe interesarse en mejorar las carencias que tiene a nivel de lengua origen y lengua meta? ¿No es el propio alumno el que debe cultivarse como profesional y no esperar que la universidad o el instituto le dé todas las herramientas cuando es él como traductor quien debe empezar a investigar, cultivando su espíritu inquisitivo necesario en el ejercicio de esta profesión?

Críticas hay muchas, pero si queremos que el estudiante de traducción se posicione mejor a nivel profesional y laboral, debemos empezar a cambiar la raiz porque el mundo de la traducción es una pequeña sociedad: para que cambie la masa, debe empezar por cambiar la persona. Así las honrosas excepciones dejarán de ser excepcinoes y se convertirán en masa, lo que nos traería beneficios a corto, mediano y largo plazo.

1 comentario:

Soleil dijo...

Estoy muy de acuerdo contigo Kat.

En realidad no basta con desarrollar ese espíritu inquisitivo, también aquellos estudiantes de los que hablas tienen que sacudirse el aletargamiento en el que están sumidos que los mantiene cómodos en la mediocridad.

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