jueves, 19 de abril de 2007

Masacre en Virginia

(Agradecimientos de la foto a Pigdeon Blog)



"Vandalizaron mi corazón, violaron mi alma y quemaron mi conciencia. Pensaron que era la vida de un muchacho patético la que estaban extinguiendo. Muero como Jesucristo, para inspirar a generaciones de débiles e indefensos"

El 16 de abril de 2007, Cho-Seung-Hui mató a 33 personas, hirió a 28 y se suicidó de un tiro en la cara. Todo esto en la Universidad Tecnológica de Virginia entre 7 y 10 de la mañana.

Ahora se habla de cómo se pudo evitar la masacre, se hace referencia a la masacre de Columbine donde dos escolares mataron a dos compañeros, a un profesor y luego se suicidaron. Se pone en tela de juicio la tenencia legal de armas, hecho que es satirizado por Michael Moore en su otrora "Bowling for Columbine". El hecho a dado vuelta al mundo, horrorizando y alertando a la sociedad respecto de la bomba de tiempo que existe en cada país a nivel mundial. La única víctima latinoamericana fue
Daniel Pérez Cueva, un peruano de 21 años que no imaginó que ése sería su último día de vida.

Pero fuera de todas las notas periodísticas y de las reflexiones que se propagan a través de todos los medios ¿Realmente tomamos conciencia de lo que provoca estos hechos? Los psicólogos suelen decir lo mismo: traumas personales, ya sean de índole familiar o estudiantil. Anomalías y cuadros de locura. Personas que ya habían enfrentado un tratamiento psiquiátrico, o, en su defecto, que estaban en el proceso de seguirlo y/o dejarlo. Es cierto aquello que dicen: ESTO PODRÍA SUCEDER HOY, AQUÍ, EN ESTE INSTANTE. Y LAS VÍCTIMAS PODRÍAMOS SER TÚ Y YO dentro de otras que se presentarían. O quien sabe: DE REPENTE EL (LA) VICTIMARIO(A) SERÍAS TÚ, SIN PROPONÉRTELO, SIN BUSCARLO, SÓLO ACTUANDO COMO "VÍCTIMA" DE TODO AQUELLO QUE PRETENDISTE LLAMAR VIDA.

La realidad es tan clara y tan incierta que asusta. Alguna vez oí decir que la niñez es una de las etapas más duras de nuestra existencia. Y en cierta parte aquello es cierto porque en la niñez nos forjamos una actitud en base a nuestras experiencias: el ambiente en casa, la interrelación estudiantil, el maltrato psicólogico y social, el racismo, etc. Yo no creo que este joven surcoreano, que llegó a EE.UU. en 1992 (cuando tenía 8 años), haya nacido con el propósito de matar gente y suicidarse a los 23 años. Nosotros somos la única especie viviente que se autoelimina por placer, porque sin ser psicóloga me doy cuenta que ese hecho le causó un placer mórbido a ese joven que luego se tornó tan soso y abrumante que terminó por acabar con su propia vida: no era tonto. Era consciente de lo que había hecho y sabía que se encontraba en un callejón sin salida.

Se dice que los suicidas son los cobardes más valientes y menos pensantes. Pero un suicida no nace tal cual: lo forman, se forma y el resultado de todo ello termina en masacres como ésta, como en la Columbine allá en 1999, como los Kamikaze que son el pan de cada día en Medio Oriente, como Sendero Luminoso, el MRTA y cuanto grupo terrorista exista, como en la guerrilla colombiana, entre otros grupos y/o personas extremistas que vieron la muerte como única opción de mejora en la condición de vida. Nadie está libre, nadie está absuelto. Hoy fue Daniel Pérez: mañana podríamos ser tú y yo.

Y ya nada podemos hacer al respecto más que ser conscientes en lo que decimos y hacemos. Volviendo al perfil de un asesino: todo proviene desde abajo, desde cuando era pequeño(a). Si estás en la espera de una criatura, si ya tienes hijos, si por motivos laborales o académicos compartes tu cotidianeidad con diversas personas, si tienes hermanos, amigos, o quien fuere, que se encuentra en proceso de formación TEN MUCHO CUIDADO. Porque una cosa es hacer bromas, otra cosa es hostigar diariamente a una persona sobre sus defectos físicos, personales, laborales, académicos, sobre sus raíces, sobre sus creencias. Al parecer nadie le ha dado la debida importancia a este hecho, ya que por subestimar los "ingredientes" se cocinan millones de asesinos diariamente a nivel mundial. Y las consencuencias son las mismas: VIDAS INOCENTES PERDIDAS, DOLOR, TRAGEDIA, DESESPERACIÓN, Y NADA POR INTENTAR ARRANCAR EL PROBLEMA DE RAÍZ. El poder de la palabra es indescriptible. Algo que tú digas ahora y que no haya sido bien pensado podría acarrear consecuencias desastrozas en un mañana no muy lejano.

Mis más sinceras y profundas condolencias a los deudos de las víctimas de Virginia Tech.




3 comentarios:

Mafa dijo...

Tienes razón Kat, uno tiene que hacerse responsable, sobretodo si está cerca de personas en crecimiento, responsable en todo sentido porque los más jóvenes siempre son lo vulnerables a lo que la sociedad haga, diga y muestre.

habladorasinpalabras dijo...

Te apoyo completamente, sobretodo en la parte que dices que "los suicidas son los cobardes más valientes y menos pensantes"

Por otro lado, lo malo de nosotros es que no nos damos cuenta cuándo estamos "discriminando" a la persona que se encuentra a nuestro lado y creando ese resentimiento... pero habrá que abrir los ojos para no ser la siguiente (como dices tú) Víctima o Victimario.

Dinorider d'Andoandor dijo...

ese tipo era un psicopata, gente asi es como la fruta podrida, lo podrido no puede despodrirse, quiza enlentencerse o maquillarse pero en el fondo nunca podras confiar

y si los demas son tarados tampoco es pretexto para serlo

pero si es valido que las palabras pueden horadar el alma en mucha gente sensible mucho mas que en las normales

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