jueves, 7 de agosto de 2008

Traducción Automatizada

¿Podrá el traductor de Google ser una herramienta de trabajo?

Yahoo, Altavista, cuanto portal se nos ocurra ofrece a diestra y siniestra sus servicios de traducción online (o traducción automatizada para los entendidos). Es que las empresas de hoy en día buscan minimizar costos y tiempo con traducción rápidas en tiempo casi real. Y como ya es conocido, lo barato nos sale caro, puesto que los errores que se encuentran en este tipo de trabajo son sorprendentes, risibles e incluso detestables, porque es imposible que un traductor automatizado que guarde un banco terminológico de determinado número de palabras tenga la capacidad de elegir con sabiduría y certeza qué significado (de la gama de polisemia que rodea a cada idioma) le corresponde a una palabra. En tal sentido, Google se puso las pilas:

Aunque en estos momentos Google ya ofrece un servicio de traducción instantánea, tanto de textos como de páginas Web completas, aun el sistema no se compara con los traductores humanos que pueden crear traducciones más exactas y menos robóticas, evitando errores gramaticales en los textos.

El servicio esta basado en una tecnología de traducción estadística, la cual compara un gran número de textos simultáneamente que ya han sido traducidos en diferentes idiomas, además incluye un sistema de aprendizaje artificial que toma de los textos traducidos frases con sentido lógico que serán usadas en futuras traducciones. El único inconveniente de este servicio es la dificultad de encontrar grandes cantidades de frases traducidas para crear un trabajo que se pueda ver impecable.



Vamos a reconocer que su idea no es mala. Yo he probado el "servicio" y es cierto. Incluso tiene un enlace que te permite sugerir "una mejor versión" de la traducción inicial que proponen para determinado fragmento. De todos los portales que ofrecen traducciones instantáneas y gratuitas, Google es el mejor, lo que no significa que ofrezca calidad. Aunque su finalidad es productiva, no sólo se tratan de errores gramaticales. Esa visión es propia de los años 70, cuando se creía que la traducción era parte de la lingüística. Hoy en día, el plano de la traducción está en el acto de comunicación. Es así que el main process, la carnecita de la competencia traductora está en la conservación del sentido y de la intencionalidad comunicativa (sin olvidarnos de la forma claro está). Así como la traducción no puede prescindir de la lingüística, tampoco puede prescindir de los avances de la tecnología. Actualmente es indispensable el uso del internet y de herramientas electrónicas para traducir de forma eficaz, veloz, y eficiente (en comparación con los volúmenes de papeles mecanografiados que teníamos antes). Muchas traducciones se entregan en formato virtual (siendo word el más común) y vía correo electrónico. Sin embargo, creo yo, que la tecnología y la lingüística tampoco pueden prescindir del traductor humano, dotado con la increible capacidad de desverbalizar y reverbalizar frases y grupos oracionales acordes a la realidad del documento a traducir, teniendo en cuenta el encargo del cliente y las características del receptor.

Es triste reconocer que nuestro trabajo busca ser opacado. Las personas piensan que el simple hecho de ser bilingües y usar traductores virtuales les da la capacidad de traducir, minorizando costos y ahorrando tiempo. Y es que no cualquiera tiene la pericia de traducir coherente y cohesionadamente. Y portales como este "desinforman" a la sociedad de lo que realmente hacemos, de lo que realmente consta nuestra labor profesional. Y nosotros nos quedamos de brazos cruzados bien gracias, dejando no sólo que se nos escapen oportunidades laborales por falta de información, sino también dejando que nuestro esfuerzo, nuestros estudios y nuestra experiencia no sea reconocida porque en nuestro entorno subdesarrollado la gente no conoce (ni reconoce), en su mayoría, la importancia globalizada del traductor.

Zapatero a tus zapatos. El que se intente aligerar nuestro trabajo no significa que se busque nuestro reemplazo. El traductor se forma justamente para que tenga la competencia del traspaso a nivel de formas y fondo con calidad, puntualidad y exactitud. Y por más avances tecnológicos que existan, no hay ciencia ni perfeccionamiento que logre igualar el criterio humano (al menos no hasta el día de hoy).

Agradecimientos a: GarageFlash por el artículo

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